Santuarios
El pueblo del que voy a hablarles está ubicado en el límite entre la puerta oriental y la puerta occidental. Por su ubicación geográfica, este lugar resulta difícil de encontrar.
Allí donde las colinas son altas y empinadas quieren coger el cielo con las manos. Allí sus reglas al margen de las reglas son las reglas; la numero uno y más importante: en Días de Santos no se mata; el resto del año no importa.
Una constante: actos destructivos y auto destructivos. Ambos, bajo voluntad propia, la búsqueda insaciable de diversión y poder. En la guerra y el dolor, al parecer, todos creen enriquecer. Se vuelve placentero; una escalera directa al cielo. Siempre bajo una contradicción: bailar y llorar, eso sí bailar.
*Ficción